lunes, 1 de diciembre de 2008

LIGA ESPAÑOLA

EL SEVILLA CAE CON HONOR ANTE EL BARCELONA


A pesar de jugar un buen partido que, con cualquier otro equipo hubiera bastada para ganar, el Sevilla no fue capaz de vencer al Barcelona en el Sánchez Pizjuan. Esta victoria, unida a otras anteriores, le ha valido las alabanzas de los medios de comunicación. No obstante, desde aquí, seguimos siendo escépticos sobre la solidez de los de Pep Guardiola.

Para empezar, nos parece injusto que los méritos de estas victorias se le atribuyan casi exclusivamente a Messi. Es cierto que él marcó dos goles. Sin embargo, no fueron decisivos, ya que el tanto es de Eto’o al que, no debemos olvidar, este verano intentaron vender a toda costa y. ahora es el pichichi de la Liga española (tantas ansias tenían de vender al delantero que estuvieron a punto de venderlo al Kuruvchi, que fue el único que ofreció una oferta seria). Asimismo, Messi ya se puede olvidar del Balón de Oro, puesto que se sabe que Cristiano Ronaldo ya se ha hecho las fotos con el preciado trofeo. Igualmente, el primer gol que marcaron los azulgrana fue de pura suerte, cuando el Sevilla estaba jugando mejor que ellos y lo merecían más. De esta forma, que Messi marcara es lógico, ya que los sevillistas se echaron adelante para poder remontar el resultado adverso.


Asimismo, debemos hablar de Piqué, uno de los defensas con más clase y elegancia que hemos visto en mucho tiempo. No sabemos si desde los hogares de nuestros preciados lectores se puede percibir la ironía con la que escribimos estas palabras. Se pasó todo el encuentro haciendo faltas y, de esta forma, no nos queda otra alternativa más que la de pensar que si este jugador no estuviera en el Barcelona, habría muchos encuentros que no acabaría porque sería expulsado. Como dijo Ferguson en otras circunstancias, si el Manchester United se deshace de un jugador es porque el United lo cede a ese equipo. De esta manera, comprendemos que el Manchester se lo regaló al Barcelona.


Por desgracia, otra vez los árbitros son los protagonistas. Es demasiado sospechoso que todas las faltas que le pitaban al Sevilla eran en el centro del campo y ninguna cerca del área. Los fueras de juego que le pitaban a Luis Fabiano eran bastante dudosos y no debemos olvidar que, cuando no se sabe con claridad, se debe dejar seguir (en algunos de ellos, ni siquiera a la tercera repetición lo vemos claro. ¡Qué suerte que contemos con árbitros que tienen vista de águila!). Además, ¿nadie vio el penalti que Piqué (¡cómo no!) cometió sobre Kanuté. Es cierto que el sevillista la toca con la mano, pero es que el árbitro estaba ausente en la jugada y no pitó nada ni en contra del Barcelona ni del Sevilla. Para concluir hay un hecho que demuestra la clase de equipo que es el Barcelona: cuando hay un jugador tendido en el terreno de juego, nunca echan el balón fuera. Cuando el balón lo recupera el enemigo, lo fuerzan a que expulse el balón fuera del terreno de juego. Y no olvidemos que si tienen la posibilidad de marcar, les da igual que uno de sus compañeros tenga el cerebro fuera.



Sin embargo, el Sevilla, a pesar de jugar bien y de no merecer una derrota tan aplastante (incluso dudamos de si mereció la derrota), también cometió una serie de errores imperdonables y, más cuando se juega contra un equipo en estado de gracia y con los árbitros a favor. Luis Fabiano se pasa la vida autoexpulsándose. ¿Es posible que esté forzando la salida del club blanquirrojo en el mercado de fichajes de invierno? Asimismo, no entendemos por qué Manolo Jiménez no puso, desde el principio, a Capel. Además, el equipo echó en falta la ausencia de Jesús Navas, que se perdió el encuentro por sanción, un jugador que, aunque no tenga mucho gol, sostiene el peso del equipo con su espíritu. También nos parece muy triste que Palop ya nos sea el Zamora, pero más triste es todavía que Valdés sea el actual Zamora, un portero al que se le tire el balón como se le tire, siempre hay posibilidad de que se le cuele el esférico.




Laura I.C.

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