martes, 21 de octubre de 2008

LIGA DE CAMPEONES




AQUELLAS GLORIOSAS NOCHES DE CHAMPIONS:
LIVERPOOL-MILAN (FINAL DE LA CHAMPIONS DE 2004-2005)


El día 25 de mayo de 2005 se dieron, en el Estadio Olímpico de Atatürk en Estambul, el Liverpool del español Rafa Benítez y el AC Milan de Ancelotti. Nada podía predecir lo que aquella noche iba a ocurrir en Turquía en uno de los partidos más espectaculares de todos los tiempos. Y es que la épica del FÚTBOL siempre nos deja sorprendidos. 70000 espectadores (40000 'reds', 15000 'rossoneri' y 15000 aficionados) iban a presenciar el triunfo del Liverpool en la Liga de Campeones tras 21 años sin ganar este trofeo.

Los jugadores saltan al terreno de juego entre los gritos de animación y entusiasmo de los aficionados. El 'YOU'LL NEVER WALK ALONE' volvía a sonar en una final de la Champions. Sin embargo, nada más comenzar el encuentro Maldini, el capitán del Milan marca el primer tanto de la noche, convirtiéndose en el jugador que más rápido ha marcado un gol en la Champions (lo metió en el minuto 1). Nadie podía creer lo que estaba sucediendo. Los sueños de los 'reds' se apagaban. A partir de este momento, el Milan se hace con el control del partido y, antes de acabar la primera parte, Crespo marca otros dos tantos (minutos 39 y 44).

Nadie sabe qué les dijo Benítez a sus jugadores en el descanso. Su inglés todavía era deficiente y con un 3-0 en el marcador la final estaba ya perdida. Según se ha podido saber recientemente en una entrevista que televisó Fiebre Maldini, el entrenador español apeló a su orgullo y les dijo que toda aquella gente había viajado desde muchos lugares diferentes sólo para estar allí y ver a su equipo en la final de la Champions. Aquellas persona todavía seguían desgañitándose con sus gritos de ánimo y de entusiasmo, por lo que habría que premiarles, al menos con un gol. Y, así, el milagro se obró.

Los jugadores de ambos conjuntos salieron al terreno de juego. El Milan aún no sospechaba lo que iba a suceder en los próximos 45 minutos. En el minuto 45, el capitán de los 'reds', Steven Gerrard marca el primer tanto. Es el comienzo de la remontada más apasionante que jamás se haya visto en el la Champions. De esta forma, el Liverpool se da cuenta de que es posible (y es que, en el fútbol, ¿qué no es posible?). Dos minutos después, Smicer, que había estado lesionado gran parte de la temporada y no estaba en el mejor momento de su carrera, apareció en el momento más oportuno marcando el segundo tanto.

Transcurridos tan sólo cuatro minutos, Gattuso, el jugador del Milan, comete un fallo que provoca un penalti a favor de los 'reds'. Xabi Alonso, el ex jugador de la Real Sociedad, es el encargado de tirarlo. Con un simple gesto podría tener la final de la Liga de Campeones en su mano o romper todas las ilusiones de los aficionados. Sin embargo, todos sabíamos, por su cara de preocupación, que era demasiada responsabilidad para él. El penalti lo para el portero rossonero, Dida, pero, cuando todo parecía que estaba perdido, el jugador español, rápido de reflejos, marca el tanto, al caerle el rechace del portero en los pies y demostrando que es un gran jugador. En estos momentos, la vida tenía sentido y el Liverpool podía erigirse como campeón de Europa.

Pasaron los minutos y los de Benítez no fueron capaces de marcar el cuarto gol ( ni siquiera en la prórroga) con el que se alzarían como campeones de Europa. Llega la tanda de penaltis. Mucha gente afirma que los penaltis son una lotería. No obstante, pensamos que, en el fútbol, a veces, hay una suerte de justicia poética, por la los vencedores realmente son lo0s justos campeones. Esta noche, este precepto se cumplió. Aquella noche la fatalidad, el destino, los hados..., quisieron que craks mundiales como Pirlo o Chevtchenko fallaran su tiro, marcando, para el Milan sólo Tommasson y Kaká. Por parte de los 'reds', el noruego Riise tampoco marcó. Sin embargo, Cissé, Hamann y Smicer marcaron sus penaltis. El Liverpool había vuelto a Europa y era campeón de la Champions en un partido que jamás olvidaremos. La suerte es caprichosa y el destino no quiso que el Liverpool volviera a ser campeón de Europa en la temporada 2006-2007 en otra final contra el Milan donde jugó mejor que esta noche.

No obstante, jamás podremos olvidar que la gloria y la fortuna que aquella noche sonrió a los campeones. Benítez ( que es un tipo muy grande y no sólo por su tamaño) conquistaba Europa con el resto de españoles que formaban parte del equipo, en una final con sabor español. El 'YOU'LL NEVER WALK ALONE' sonó aquella noche más fuerte que nunca. ¡Y ES QUE EL FÚTBOL PUEDE SER MUY GRANDE!


Laura I. C.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Has sabido transmitir la emoción y la grandeza de ese partido y del fútbol en general. Enhorabuena. A los que nos gusta el Liverpool (aunque mi amor es el Sevilla), el recuerdo de ese partido aún nos emociona.

Dannii