El Liverpool salió con poca claridad en el ataque. Se notaba que todavía le pesaba la derrota ante el Tottenham el pasado sábado. Por su parte, Aguirre planteó una alineación conservadora, donde ni siquiera estaba presente el 'Kun' Agüero, la supuesta estrella del equipo (el Atleti cuenta con jugadores más trabajadores que él y que merecen igualmente el reconocimiento de la prensa como, por ejemplo, Forlán). El peso del partido lo estaba llevando el conjunto de Benítez. Sin embargo, el gol no acababa de llegar. El Atleti, demostrando esa suerte que, desde el comienzo de la temporada, le acompaña llegó a la portería en sólo dos ocasiones. En una de éstas, Simao la tiró demasiado alta; la otra fue el gol de Maxi en el minuto 37. El Liverpool nom fue capaz de remontar en lo poco que quedaba de la primera parte.
Al comienzo de la segunda parte, la historia cambió poco: el Liverpool controlaba el partido, teniendo las mejores ocasiones y una mayor posesión del balón, pero, sin embargo, el cuero no entraba en la portería de Leo Franco. A medida que iba pasando el tiempo, los de Benítez se iban poniendo más nerviosos, ya que la ansiada victoria no acaba de llegar en un partido que, a priori, se presentaba sencillo. Gerrard, el capitán, remataba a puerta desde fuera del área en unas jugadas que no tenían demasiado sentido. El Liverpool ya no hacía disfrutar a su aficion con su juego de toque y contragolpe. El Atleti, por su parte, simplemente se limitaba a defender. La estrategia que, en estos momentos, estaban siguiendo parecía más propia de un equipo italiano de poca calidad que de un conjunto de Champions. Hasta el último minuto del tiempo de descuento, el encuentro no cambió demasiado, por mucho que, finalmente, Agüero saliera al terreno de juego. En el último minuto, el árbitro pitó un penalti que Gerrard convirtió en gol. Fue una lástima que las mejores ocasiones de gol las tuviera Agger, que es uno de los centrales del equipo, ya que si estas oportunidades las hubiera tenido otro jugador las hubiera marcado.
Hay quienes afirman que este partido ha sido un robo para el Atleti porque Carragher y Mascherano tocaron el balón con la mano. A aquellos que afirman que estas acciones no eran involuntarias nos gustaría preguntarles cómo creen que un jugador puede entrarle al enemigo y, una vez que está en el suelo y el esférico va hacia él, no tocar el balón con la mano sin amputarse los brazos. Mucho se ha discutido (incluso se han empezado a barajar teorías conspiranoicas, como si alguien no supiera que el Atleti se sobra y se basta para eliminarse de la Liga de Campeones) y se va a discutir sobre la posibilidad de que haya una mano negra detrás de todo este asunto. Aquí no hubo absolutamente nada: sólo un mal árbitro que debió pitar el penalti que le hizo el Atleti a Agger y, puesto que no lo hizo, tenía mala conciencia. Con respecto a las manos, los rojiblancos hicieron muchas faltas e, incluso una mano, que tampoco fueron pitadas. Para comprender com qué equipos estamos tratando sólo hace falta ver a sus aficiones: mientras que los 'reds' cantaban el YOU'LL NEVER WALK ALONE, los rojiblancos se limitaban a insultar a Aguirre por no haber sacado al 'Kun'. Torres tampoco jugó esta vez, ya que no se sentía capacitado, des pués de su lesión.
A pesar de que no fue el mejor partido del Liverpool, esta vez la suerte le fue esquiba, ya que tuvo las mejores ocasiones y pudo haber ganado el encuentro. Si hubiera ganado alguno de los dos equipos que disputaron este encuentro, el que hubiera salido victorioso hubiera estado clsificado matemáticamente para la siguiente ronda. Como los equipos firmaron tablas, deberán esperar a la siguiente jornada para clasificarse para la siguiente ronda.
Laura Ibáñez Castejón
Al comienzo de la segunda parte, la historia cambió poco: el Liverpool controlaba el partido, teniendo las mejores ocasiones y una mayor posesión del balón, pero, sin embargo, el cuero no entraba en la portería de Leo Franco. A medida que iba pasando el tiempo, los de Benítez se iban poniendo más nerviosos, ya que la ansiada victoria no acaba de llegar en un partido que, a priori, se presentaba sencillo. Gerrard, el capitán, remataba a puerta desde fuera del área en unas jugadas que no tenían demasiado sentido. El Liverpool ya no hacía disfrutar a su aficion con su juego de toque y contragolpe. El Atleti, por su parte, simplemente se limitaba a defender. La estrategia que, en estos momentos, estaban siguiendo parecía más propia de un equipo italiano de poca calidad que de un conjunto de Champions. Hasta el último minuto del tiempo de descuento, el encuentro no cambió demasiado, por mucho que, finalmente, Agüero saliera al terreno de juego. En el último minuto, el árbitro pitó un penalti que Gerrard convirtió en gol. Fue una lástima que las mejores ocasiones de gol las tuviera Agger, que es uno de los centrales del equipo, ya que si estas oportunidades las hubiera tenido otro jugador las hubiera marcado.
Hay quienes afirman que este partido ha sido un robo para el Atleti porque Carragher y Mascherano tocaron el balón con la mano. A aquellos que afirman que estas acciones no eran involuntarias nos gustaría preguntarles cómo creen que un jugador puede entrarle al enemigo y, una vez que está en el suelo y el esférico va hacia él, no tocar el balón con la mano sin amputarse los brazos. Mucho se ha discutido (incluso se han empezado a barajar teorías conspiranoicas, como si alguien no supiera que el Atleti se sobra y se basta para eliminarse de la Liga de Campeones) y se va a discutir sobre la posibilidad de que haya una mano negra detrás de todo este asunto. Aquí no hubo absolutamente nada: sólo un mal árbitro que debió pitar el penalti que le hizo el Atleti a Agger y, puesto que no lo hizo, tenía mala conciencia. Con respecto a las manos, los rojiblancos hicieron muchas faltas e, incluso una mano, que tampoco fueron pitadas. Para comprender com qué equipos estamos tratando sólo hace falta ver a sus aficiones: mientras que los 'reds' cantaban el YOU'LL NEVER WALK ALONE, los rojiblancos se limitaban a insultar a Aguirre por no haber sacado al 'Kun'. Torres tampoco jugó esta vez, ya que no se sentía capacitado, des pués de su lesión.
A pesar de que no fue el mejor partido del Liverpool, esta vez la suerte le fue esquiba, ya que tuvo las mejores ocasiones y pudo haber ganado el encuentro. Si hubiera ganado alguno de los dos equipos que disputaron este encuentro, el que hubiera salido victorioso hubiera estado clsificado matemáticamente para la siguiente ronda. Como los equipos firmaron tablas, deberán esperar a la siguiente jornada para clasificarse para la siguiente ronda.
Laura Ibáñez Castejón
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